Mientras tú aseguras que tienes las riendas de tu vida y haces todo de forma correcta, tus actitudes te definen como un hombre poco confiable e inmaduro.
Te enfocas en aparentar y cubrir las expectativas de los demás, pero no en valorarte y mejorar tus habilidades
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Tal vez, creas que tus hábitos y talento te definen, y podría ser así, el problema es que tus malas actitudes toman el protagonismo.
Y solo dejan ver que no has alcanzado la madurez necesaria para luchar por tus sueños.
Solo estás dejando que te lleve la corriente o que un golpe de suerte juegue a tu favor, pero esto solo demuestra que eres inmaduro…
7 actitudes que definen a un hombre inmaduro
1. Te comparas en todo momento.
Desperdicias tu tiempo en ver lo qué hacen las personas de tu alrededor. Permites que la envidia y la desesperación se apoderen de tu vida.
Crees que no tienes lo suficiente o que jamás alcanzarás la meta, incluso piensas que te falta algo que otros poseen.
No te das cuenta de que ya tienes todo, pero lo estás enfocando en la dirección incorrecta.
2. No puedes reconocer tus logros.
Un hombre inmaduro no es capaz de ver que tiene cualidades, talento o que lo está haciendo bien en la vida.
Para él no es suficiente, necesita más. El problema mayor es que solo te exiges, pero no te valoras en ningún momento.
Y si tú no te aprecias, nadie lo hará por ti.
3. No lo intentas.
Ni siquiera has dado el primer paso y ya te estás echando para atrás. Te quedas en tu zona de confort por comodidad y miedo.
Lo peor es que no la aprovechas para tomar impulso, solo te justificas diciendo que no es el momento o que vendrán mejores oportunidades.
Ten presente que, mientras no lo intentes, siempre seguirás perdiendo.
4. Te aferras a personas negativas.
Hay personas que te roban la energía, el tiempo, dinero y hasta tu dignidad, pero tú sigues creyendo que son necesarias en tu vida.
La realidad es que solo te están manipulando y se aprovechan de tu inmadurez.
No eres capaz de soltar a aquellas personas que te dañan, porque crees que estarás solo. No te has dado cuenta de que la soledad es tu aliada, no una enemiga.
5. No confías en las criticas constructivas.
Cuando alguien te da un buen consejo, no eres capaz de aceptarlo ni verlo como tal.
Crees que te lo dicen por envidia, meterte el pie o para meterse en tu vida. Incluso, sientes que solo lo dicen para quedar bien.
Sin embargo, sus palabras te están diciéndote que tienes todo para mejorar, pero tu inmadurez te hace creer todo lo contrario.
6. Eres perfeccionista.
No te gusta equivocarte y menos que te critiquen. Cuando esto sucede explotas y quieres encontrar un culpable.
El asunto es que quién cometió el error fuiste tú y no eres capaz de aceptar la responsabilidad de tus actos.
7. Quieres controlar todo.
Cuando planeas algo y no sale como esperabas, te sientes como un fracasado. Sientes que pierdes poder o valor, pero solo es tu necesidad de controlar todo.
Tu inmadurez te hace pensar que debes ser perfecto y que equivocarte es una señal de debilidad.
Pero si no aprendes del error, lo volverás a cometer y no podrás avanzar.
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