Mientras tú aseguras ser un hombre inteligente, maduro y poderoso, tus acciones, actitudes y palabras te delatan.
Crees que engañas al mundo al hacer ciertas cosas para parecer más inteligente, pero en realidad nadie te cree, solo sientes lastima por ti.
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No hay nada de malo en querer ser más inteligente y superarte a ti mismo, tu problema está en que te enfocas en aparentar y no haces nada por aprender.
Crees que solo se trata de hacerle creer al otro que tienes la razón, pero no expandes tus conocimientos y tampoco tienes la humildad de aceptar que no tienes lo suficiente.
Tu ego te domina y te hace creer que solo debes engañar a los demás con tu supuesta inteligencia, pero nadie te está comprando esa mentira.
Es momento de dejar de fingir y notar que tus acciones te están delatando:
3 cosas que delatan que no eres tan inteligente como dices ser
1. Te ves inteligente, pero no lo eres.
Es decir, has visto cómo se visten los hombres inteligentes y has copiado su estilo, incluso, has caído en los clásicos estereotipos y eso te ha delatado.
Porque crees que unas gafas, un traje o peinarte de cierta forma te darán la inteligencia que te falta, pero te equivocas.
Sobre todo, porque te enfocas en el exterior, pero no eres capaz de ver más allá. Quieres verte como un “nerd”, pero tu mentira se viene abajo cuando no puedes conversar con alguien del nivel de inteligencia que finges tener.
Lo peor viene, cuando tu comportamiento real se delata en el momento en el que bajas la guardia y comienzas a beber más de la cuenta.
Si fueras tan inteligente como dices ser, sabrías que un estudio de la Universidad de Michigan y la Universidad de Pensilvania, detectó que las personas que toman alcohol son percibidas como menos inteligentes.
2. Hablas mucho, pero sabes poco.
Te delatas cuando te pones a hablar de cosas que no dominas, pero que según tú suenan inteligentes o que impresionan a los demás.
Hablas mucho, pero en realidad dices muy poco, porque solo te enfocas en alabar o en convencer a la otra persona, pero no tienes argumentos sólidos.
Y cuando te ves atrapado, decides enojarte y ponerte a la defensiva, para que te teman.
Este comportamiento demuestra que finges porque las personas inteligentes usan un lenguaje simple, para que así todo el mundo pueda entenderlos.
Incluso, lo hacen como una forma de respeto y de humildad, porque no se creen superiores a los demás. Ellos optan por el diálogo y llegar a un acuerdo, y no se enfocan en tener la razón.
3. Imitas el comportamiento de alguien más.
Una forma evidente en la que delatas que no eres un hombre inteligente es que no confías en ti mismo y por esto envidias e imitas a cierta persona en tu vida.
Al no creer en ti, estás demostrando que no tienes lo suficiente y hasta que eres alguien inmaduro.
Sobre todo, porque no eres nada discreto al copiar la vida de alguien más. Crees que al imitar a los demás te verán como quieres que te vean, pero solo notan tu envidia y falta de seguridad.
Lo peor viene cuando quieres robar su momento o éxito y al asegurar que sus triunfos son muy fáciles de alcanzar, cuando evidentemente tú no has logrado ni lo mínimo.
¡Ojo con esto!
Es momento de que dejes la soberbia a un lado y comiences a ser un hombre inteligente de verdad.
Pero no para impresionar o para ganarle a alguien más, sino para demostrarte a ti mismo que ya lo tienes todo para serlo.
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