Ser adicto al trabajo implica una obsesión o compulsión por trabajar que puede afectar negativamente tu salud física, emocional y tus relaciones personales.
Incluso, tu trabajo, emprendimiento o éxito laboral, ya que, trabajar mucho no es igual a ser productivo y menos a tener éxito.
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Sí, para lograr tus metas debes esforzarte y trabajar arduamente, pero esto no significa que solo debas hacer un sinfín de actividades, sino que debes equilibrar las cosas.
Incluso, realizar otras cosas que te permitan reflexionar o encontrar oportunidades de éxito. Ya que, al volverte adicto a tu trabajo, no te ayudará a esto, sino que provocará que cada día seas más infeliz y menos productivo.
Es momento de que veas que te estás equivocando y necesitas cambiar la estrategia, de otra manera, jamás lograras tus metas.
Acciones que demuestran que eres un adicto al trabajo (y aun así no logras el éxito)
1. Solo tienes tiempo para tu trabajo.
Trabajas constantemente, tanto, que lo haces más allá de tu horario laboral establecido e incluso en fines de semana y días festivos.
Pero no ves buenos resultados ni te sientes contento con lo que haces, y esto se debe a que no te tomas un tiempo para descansar y recuperarte.
Incluso, ni siquiera para ver las oportunidades o buscar mejores opciones, crees que haciendo más en el mismo lugar de siempre, te traerá recompensas, pero te equivocas.
2. Todo el tiempo piensas en tu trabajo.
Si tus pensamientos están constantemente centrados en el trabajo, incluso cuando no estás físicamente en el trabajo, es claro que eres un adicto a este y crees que es algo normal, pero te equivocas.
Que tu mente solo esté llena de pensamientos laborales, te impide disfrutar de la vida y también de gozar tus éxitos.
Porque siempre estás enfocado en lo que viene después y no es lo que ya lograste.
3. Te sientes culpable al no hacerlo.
Si te resulta difícil desconectarte del trabajo y dedicar tiempo a actividades personales, familiares o de ocio, es claro que existe un problema.
Ya que, no puedes disfrutar de tu vida, porque piensas que deberías estar siendo productivo y no descansando.
Y todo empeora en el momento en el que te quedas sin el apoyo de nadie, porque nunca te tomaste el tiempo para estar y disfrutar con ellos.
4. Todo el tiempo te enfermas.
Si ignoras o minimizas los efectos negativos que el exceso laboral tiene en tu salud física, emocional o en tus relaciones personales, es claro que eres adicto al trabajo.
Ya que, no te priorizas ni te preocupas por ti, sino que solo te enfocas en seguir trabajando y dando lo mejor de ti.
Sin embargo, no logras tu propósito porque no estás al 100%, por esta razón, siempre te quedas a mitad del camino o terminas fracasando, ya que, no te diste tiempo de recuperarte.
5. Quieres probar algo.
Si constantemente te sientes impulsado por una necesidad de lograr más en el trabajo, buscas reconocimiento y validación a través de tu desempeño laboral, es claro que hay un problema.
Puesto que eres adicto al trabajo, porque quieres complacer a otros o buscas ser recompensado, pero no te das cuenta de que solo te están usando a su conveniencia.
Porque das y das, pero nunca recibes nada a cambio, ni siquiera lo mínimo o las gracias por tu esfuerzo.
6. Te enfocas en la cantidad.
Crees que al pasar más horas en tu trabajo o en cumplir con más actividades, es igual a calidad, pero te equivocas.
Con esta situación, solo dejas claro que eres adicto al trabajo y quieres que los demás vean tu “esfuerzo”.
Sin embargo, no estás siendo productivo, ni tampoco estás entregando calidad, solo te enfocas en que se note que cumples con más de la cuenta, pero no lo estás haciendo de la forma adecuada.
Por esto, al final del día no eres reconocido ni ascendido, solo te terminas quedando en el mismo lugar de siempre.
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