Si estás en Barcelona y quieres recorrer en tu propio yate las mejores islas del Mediterráneo, no puedes dejar de visitar el puerto Ocean Port Vell, una marina construida originalmente para los Juegos Olímpicos de 1992 pero que se ha renovado para ofrecer una experiencia increíble a los que la visitamos.
Podrás admirar los colores inigualables del atardecer mientras te deleitas con una rica langosta y saboreas unas exquisita copa de Dom Pérignon.
Y es que ir a la capital de Cataluña y no disfrutar de las instalaciones de este puerto es como no haberla pisado nunca.
En ningún otro lugar podrás disfrutar de una vista panorámica de todo lo que nos fascina de esta vibrante y excitante metrópoli española.
En el edificio central, llamado The Gallery, construido sobre el agua y con un diseño que simula la forma de un yate, te espera el más atento servicio de recepción, además de uno de los más completos e impresionantes gimnasios de la ciudad, sin mencionar el OneOcean Wellness, un espacio exclusivo para los empresarios del mundo marítimo.
Pero esto no es nada en comparación a lo que consideramos lo mejor de este complejo marítimo: el restaurante One Ocean Club, creado por el chef César Guillén y especializado en la gastronomía típica catalana, así como el moderno bar Blue Wave, con la mayor variedad de cócteles de Barcelona.
En One Ocean Club pide cualquiera de sus platillos a base de mariscos y pescados locales, como el ceviche de pescado blanco combinado con el exótico sabor de los kumquats, o la deliciosa versión de tiradito que te hará sentir en la cordillera peruana sin necesidad de moverte de la mesa.
Pero eso no es todo, también hay una parrilla en donde el pulpo encuentra una cocción perfecta, así como los mejillones y las almejas… todo eso que quieres comer cuando tienes el mar a la punta de tus pies.
Pero si eres un admirador de los tragos, en Blue Wave podrás probar los mejores gin tonic, daiquirís y por supuesto el increíble sabor intenso y de más alta calidad del ron blanco, dorado y oscuro.
Pero no te diremos más, dejemos que las imágenes hablan por sí mismas…
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