Mientras tú te crees el mejor en tu trabajo, tus acciones demuestran que eres un mal líder y que no tienes idea de lo que estás haciendo.
Solo estás imponiendo tu autoridad o adjudicándote un poder que no te corresponde. Incluso, estás siendo la burla de tus compañeros de trabajo y empleados.
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Porque un buen líder logra que el talento de sus colaboradores sea reconocido y asegura un buen ambiente de trabajo, mientras que tú eres un mal líder porque solo quieres opacar a los demás.
Incluso, tu mal liderazgo está provocando que no logres tus objetivos y que buenos empleados salgan corriendo.
Lo que sí te deja mal parado a ti, porque no estás brindando el apoyo que merecen, solo los estás explotando o robándote el crédito.
Es momento de que sueltes el ego y veas que eres un mal líder, pero que aún estás a tiempo de hacer un cambio importante para ser un excelente líder:
7 acciones que demuestran que eres un mal líder
1. No tienes visión.
Estás tan cegado por tu ego y tan encerrado en tu zona de confort que siempre estás haciendo lo mismo de siempre, esperando resultados distintos.
Sobre todo, porque sigues aferrado a costumbres que no apoyan a tus empleados y que no generan productividad, solo frustración y hartazgo.
Incluso, que solo te enfoques en ti y en lo que vas a ganar a costa de otros, solo te llevará a fracasar.
2. No trabajas, solo exiges.
Un buen líder siempre da un buen ejemplo de cómo se deben hacer las cosas, pero este no es tu caso.
Crees que tú ya no debes mover un dedo y solo debes dar órdenes para que todo se haga de forma mágica y rápida.
Que tengas un cargo de poder no te hace el más inteligente y menos cuando no trabajas, solo demuestras que llegaste ahí por suerte o contactos.
3. No te sabes comunicar.
Sí, tú eres la persona a cargo, pero eso no significa que debas ser grosero, prepotente y maleducado con tus colaboradores.
Porque no se trata de gritar e insultar para que te respeten y hagan su trabajo. Esta actitud sólo te llevará a tener muchos problemas.
Que no puedas hablar con respeto y claridad solo demuestra que eres un mal líder.
4. Ignoras a tus clientes.
Estás tan cegado por tu cargo que crees que tienes siempre la razón y que las cosas deben hacerse a tu manera o no se hacen.
Y esto te ha causado problemas con tus clientes y empleados, porque pides cambios que no se pidieron o quieres que todo sea diferente sin consultarlo con nadie.
Lo peor es que haces que todo el mundo trabaje el doble mientras tú te enojas y culpas a alguien más.
5. No apoyas a tu equipo.
De ninguna forma, parece que te cuesta darles lo mínimo y que siempre estás buscando excusas para no brindarles lo que se merecen.
Incluso, siempre estás exigiendo y mencionando que deben esforzarse más cuando hacen todo y tú no eres capaz de verlo.
6. Crees que lo sabes todo.
Pero dejas claro que no es así porque nunca estás listo para defender tu punto de vista o para resolver algún problema que se presenta.
Solo te defiendes asegurando que eso no está en tus manos o que los demás están equivocados. Y todo empeora cuando no quieres prepararte y solo decides enojarte.
7. No respetas el horario laboral.
Sí, eres esa clase de jefe que busca a sus trabajadores en fin de semana, en la madrugada o en días de vacaciones.
Tú lo llamas ponerse la camiseta y apoyar a la empresa, pero solo estás demostrando que no tienes respeto por nadie y no sabes organizarte.
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