Si te preguntas por qué no tengo éxito si trabajo arduamente, necesitas saber en dónde te estás equivocando…
Muchas personas creen que para tener éxito solo deben trabajar como locos o tener un contacto que los ayude a posicionarse.
Sin embargo, si las cosas llegan de forma fácil se irán de la misma manera y tendrás éxito de forma momentánea.
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Algunas personas trabajadoras, inteligentes y que dan su 100% jamás logran el éxito y no por falta de oportunidades, sino porque no pueden ver el panorama completo.
Hay muchos factores que influyen en el éxito, ya sea que se trate de tener una carrera satisfactoria, tener buenas relaciones o mantenerse saludable.
Sí, la inteligencia es parte de ello, y también lo es la ética de trabajo. Pero hay más en juego que solo estos dos factores. Si realmente quieres tener éxito, debes prestar atención a esto:
Por qué no tengo éxito si trabajo duro y soy inteligente
1. Crees que te mereces el éxito.
Las personas que trabajaron duro en la escuela están acostumbradas a estar en la cima y creen que sus buenas calificaciones les brindan potencial.
Esto parece bueno, pero en realidad tienen efectos secundarios negativos.
Estas personas afirman que se merecen algo por su inteligencia o por la escuela a la que fueron. Esperan que las cosas se resuelvan automáticamente debido a sus bases. Tristemente, la vida no funciona así.
En el mundo real, no se obtienen resultados basados en el trabajo que se realiza. Obtienes resultados basados en la combinación de tu trabajo duro, pensamiento estratégico y un poco de suerte.
2. Persigues cosas momentáneas.
Las personas exitosas son muy conscientes del valor de su tiempo, ya que este y el esfuerzo invertidos en una cosa significa que podrían estar perdiendo algo más.
Por esto, no lo pierden en cosas ni personas momentáneas. Se enfocan en lo que les dará satisfacción en el presente y futuro.
Centrarte en algo que no puedes obtener o que alguien más tiene solo para sentirte mejor, no es el camino correcto para el éxito.
3. No te comprometes con tus decisiones.
Ser inteligente y trabajar duro puede abrir muchas puertas. Desafortunadamente, tener demasiadas opciones puede ser tan restrictivo como tener pocas opciones.
La abundancia de opciones hace difícil decidir qué hacer. Como resultado, es tentador saltar e ir por “lo que te conviene”.
Si no escuchas a tu intuición o quieres ser bueno en todo, no llegarás muy lejos.
4. No crees en ti mismo.
Sorprendentemente, las personas inteligentes pueden subestimar sus propias habilidades.
En ocasiones son sus peores críticos, lo que les hace creer que no pueden lograr todo lo que pueden.
La gente inteligente tiene altos estándares en lo que se refiere a su trabajo. Siempre que trabajan en un proyecto, tienden a examinar y cuestionar el producto final.
Esto parece ser algo bueno en la superficie, pero a menudo es más debilitante que útil.
El perfeccionismo puede impedir que logres tus objetivos y llegues a la cima del éxito.
Así que en lugar de dejar que el miedo te domine, trabaja en tu autoestima y amor propio, de lo contrario, no llegarás muy lejos.
5. Te encierras en tu círculo social.
Es fácil apegarse a la gente que conoces desde hace mucho tiempo.
El problema con los viejos amigos, es que las mismas ideas se reciclan una y otra vez, y no puedes aprender nuevas perspectivas fuera de tu burbuja.
Es difícil tener nuevos y buenos amigos, pero si no sales de tu zona de confort perderás y mucho.
6. No quieres cambiar.
Estar en el mismo ambiente durante mucho tiempo hace que sea difícil adaptarse a algo nuevo.
La buena noticia es que el cambio presenta una posibilidad para oportunidades e innovación. En lugar de resistirte a los cambios, mira cómo puedes sacar lo mejor de ellos.
7. No quieres correr riesgos.
Las personas inteligentes a menudo eligen la ruta segura. No solo porque miedo también porque no quiere perder todo lo que han logrado hasta ahora.
Sin embargo, debes recordar que el que no arriesga, no gana.
Sí, puedes fracasar, pero puedes aprender de esto. La clave está en que lo intentes y te atrevas a probar todo tu potencial.
Deja de preguntarte por qué no tengo éxito y comienza a trabajar en tus puntos débiles.
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