Ser uno del montón, esa frase se la escuché a la amiga de mi hermana y aunque no era la primera vez que la escuchaba, me interesó, así que aproveché el momento para averiguar con ellas qué es lo que las mujeres, o en general, las personas piensan de un hombre del montón.
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Esto es lo que ellas opinaron acerca de un hombre del montón.
Es una persona que no sobresale, puede ser un hombre que no se atreve a dar su opinión o que trata a las personas sin filtros, lo que lo hace ver en dos opuestos o es prepotente o es agachado.
Entonces, entendí que cuando se es del montón, en realidad hay dos montones, el que peca de soberbio o el que peca de sumiso, por lo tanto, es una persona indeseable que termina siendo común y corriente.
Quizá haya otras interpretaciones, pero a raíz de esa charla aquí tienes 5 características que te harán ver que no eres del montón.
1. Educación.
La educación de saludar sin distinción, de levantarte de la mesa cuando una mujer llegue o se retire, de saberte abotonar el saco.
Son muchos aspectos alrededor de la imagen que reflejan a un hombre atento en todos los aspectos, desde los detalles hasta las personas.
2. Higiene.
Sí, la mancha de mostaza es un chiste en películas porque es real en la vida, pero no importa que te ensucies, sino que sea porque ocurrió el accidente y no porque saliste de casa con un suéter arrugado.
Es decir, los accidentes pasan, pero no es un accidente ponerte los zapatos que no has boleado desde que los compraste.
3. Inteligencia.
Y vale la pena recordar que existen diferentes tipos de inteligencia, así que, analiza tus potenciales y desarróllalos.
4. Criterio.
Desde para escoger momentos, contextos y personas para la ebriedad, hasta en qué inviertes tu sobriedad.
Todo importa.
5. Prudencia.
Las palabras son importantes y los silencios más, la prudencia ayuda a no ser inoportuno, imprudente y prejuicioso dándolo a notar en nuestra actitud o discurso.
No es que esté mal «ser del montón», tampoco estamos obligados a ganarnos la distinción a como dé lugar, sin embargo, está en nuestras manos cuidar que nuestra imagen refleje comodidad, autocuidado, madurez y aceptación interna, ¿no crees?
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