Esta fruta es todo un misterio. De pulpa blanca y semillas rojas, es más pequeña que una fresa y sabe a piña.
Surgió en Europa y es un híbrido entre la Fragaria chiloensis, originaria de Sudamérica, y la Fragaria virginiana, de Estados Unidos. Es una prima hermana de las fresas y apareció por primera vez en 2010, en los campos de Holanda y Bélgica.
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Su sabor a piña es casualidad ya que no está genéticamente modificada.
Como su producción es sumamente pequeña, esta fruta se está vendiendo a precios exhorbitantes.
Primero se comercializó en Dubai y luego llegó a Inglaterra y a Estados Unidos para terminar su viaje en Japón, en donde decidieron apropiársela y seguirla modificando hasta que lograron tener pineberrys de buen tamaño.
Ahí la llaman Shiroi Houseki (joya blanca) y se vende a 10 euros por unidad. Si la compras en Japón no te sabrá tanto a piña, ya que en el proceso de agradandarla recuperó su sabor a fresa y sus semillas son más doradas que rojas.
Las joyas blancas japonesas son más estéticas que las pineberrys creadas en Holanda y su popularidad es increíble, tanto así que se regalan en ocasiones especiales y las encuentras en la sección de lujo de los súpermercados.
¿No se les antojó morder una?
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