Llegar a casa y servirte una copa de tu tinto preferido es uno de los momentos que mereces regalarte.
Como queremos que ese momento sea perfecto, te decimos lo que tienes que considerar para saborear cada trago.
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Seguramente tienes una lista bien trabajada de los vinos que mejor le han caído a tu paladar, pero entre los factores externos que han contribuído a tu criterio, el proceso por el cual pasó el cristal de tu copa, su color y estructura es más relevante de lo que imaginas.
Aficionados y sommeliers están de acuerdo en la importancia de escoger la copa adecuada para cada bebida, y no sólo por el tamaño o abertura, sino por la forma en la que fue trabajado el cristal para su producción que influye directamente en cómo percibimos los sabores de cada vino.
Sí, nos encanta saber que tenemos en nuestras manos una copa de cristal artesanal, pero será mil veces mejor si además de cumplir con las medidas exactas para cada copa y tener paredes finas bien redondeadas, ayuda a resaltar la frutosidad y acidez de cada bebida.
Para el sommelier Alexandre Morin, las copas Riedel son una excelente opción, sin embargo, ha mencionado que los más exigentes prefieren la cristalería austriaca soplada a mano de Zalto, aunque eso signifique el riesgo de encontrar las flaquezas de los mejores vinos.
Morin explicó que el vidrio universal no muestra todas las características del vino, empezando por opacar el aroma y potenciar la acidez.
Pero el cristal no tiene que hacer todo el trabajo (afortunadamente), nosotros debemos poner de nuestra parte con el movimiento de cabeza que hagamos al momento de dar el trago. Recordemos que el sabor también se percibe por medio del olfato, así que con las copas de borde amplio recuerda bajar la cabeza al beber y con las copas con borde estrecho inclinar la cabeza hacia atrás.
Este sutil pero importante movimiento alterará la cantidad y velocidad con la que el vino impactará tu lengua y tu olfato percibirá las esencias, cuando tu lengua entra en contacto con el vino, se estimulan las papilas gustativas pero a su vez se obtiene una sensación de textura y temperatura.
No sólo deberás ocuparte de cumplir con la temperatura adecuada de tus copas o de tus botellas, quizá sea momento de estrenar cristalería.
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