En ocasiones, una baja autoestima y poco amor propio, te lleva a estar con la mujer que puedes y no con la mujer que quieres estar.
Es decir, aceptas a la que está a la mano, pero no te gusta, ni atrae y en ocasiones ni siquiera te cae bien, solo estás con ella, porque es la única que había.
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Y no, no es porque seas poco atractivo o tengas estándares muy altos, sino porque las expectativas de otros y no saber estar contigo mismo, te lleva a estar con la primera que puedes.
No te das el tiempo de conocerla ni saber si vale la pena, simplemente accedes por miedo a estar solo.
No solo estás eligiendo mal, también te lastimas a ti mismo por estar con una mujer que no amas y con ella que solo estás jugando.
Es momento de que veas que te estás conformando y perdiendo al elegir a la que puedes y no luchar por la que quieres…
Señales de que estás con la mujer que puedes y no con la que quieres
1. Aceptaste a la que te insistió.
Sí, era tu peor es nada, esa amiga que tenía sentimientos por ti o aquella que ni te gustaba, pero te hacía regalos o te demostraba interés.
No la elegiste, simplemente accediste porque ya no tenías de otra. O eso es lo que te hiciste creer a ti mismo, que era ella o te quedabas solo.
Sabrás que estás con la que puedes, porque no la quieres, solo te acostumbraste a su compañía y a que te diera todo.
2. No te diste el tiempo de sanar.
Te rompieron el corazón y en vez de alejarte un tiempo del amor, preferiste involucrarte inmediatamente en otra relación.
Tú le llamas no darle importancia a tu ex y seguir adelante, pero esto demuestra inmadurez de tu parte.
Y sobre todo que no has sanado el pasado, solo estás con la que puedes, porque la que querías no te quiso.
3. Querías un amor sin importar quién era.
Estás enamorado del amor, pero no de una mujer en específico, es decir, quieres una relación sin importar con quién sea o si vale la pena.
Por esto, “agarras” a la primera que está en tu camino, no te das el tiempo de conocerla o de ver si tienen cosas en común, simplemente quieres ser “amado”.
Pero realmente no estás con alguien que te ame y ames, solo no quieres estar solo.
4. Estabas pasando por un momento difícil.
Sabrás que estás con la que puedes, porque estuvo ahí para ti o más bien, se aprovechó de tu vulnerabilidad.
Porque se acercó a ti cuando te rompieron el corazón, te despidieron, te rechazaron o pasabas por un duelo.
Creíste que era amor, pero en realidad la idealizaste y te enfocaste en pensar que era la buena porque estuvo a tu lado.
Pero el problema es que ella se benefició de ese momento, mientras tú anhelabas que alguien más te acompañará en esos momentos.
5. Corriste a los brazos de la primera mujer que te trató “bien”.
Otras mujeres y amores no aceptaron tus límites ni peticiones, solo te dieron vueltas o se aprovecharon de tu cariño.
Por esto, creíste que habías encontrado oro cuando ella te dio lo mínimo que merecías y por eso te quedaste a su lado.
Pero con el tiempo has notado que no es lo que querías y que solo te conformaste con la más fea para ver si era la correcta o si te daría lo que tanto habías anhelado.
Sin embargo, ahora estás con alguien que no te brinda lo que quieres y con la que no te sientes 100% satisfecho.
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