Tal vez, entraste a este artículo por curiosidad, pero probablemente es porque sabes que tú eres el compañero incómodo de la oficina y quieres ver cómo te delatas para evitarlo.
Sin embargo, es poco probable que lo logres, porque siempre te estás delatando y molestando a tus demás colaboradores.
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Entendemos que no quieras que sean tus amigos o no busques quedar bien con los demás, pero ser el compañero incómodo de tu trabajo, solo te está impidiendo destacar lo mejor de ti, incluso obtener el éxito.
Y no es porque debas quedar bien con ellos para lograrlo, sino que estás perdiendo el tiempo en molestar e incomodar a los demás, cuando deberías estar trabajando en tus metas.
Es momento de que veas que tus acciones están arruinando tu vida profesional y quitándote oportunidades importantes, porque incluso tus jefes ven que eres uno más y no un empleado que destaque por su talento.
7 señales de que tú eres el compañero incómodo de la oficina
1. Eres imprudente.
En el momentos menos oportuno se te ocurre dar tu humilde opinión o decir información incorrecta, pareciera que te gusta el chisme y crear problemas.
Tus colegas saben que eres el compañero incómodo porque solo te dedicas a decir cosas fuera de lugar, a interrumpir o a sacar las cosas de contexto.
Lo peor es que aseguras tener la razón o que tus comentarios son críticas constructivas cuando claramente no es así.
2. No tienes ningún talento o no lo has demostrado.
Contigo aplica el dicho “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Porque todo el tiempo te la pasas hablando de lo que eres y tienes, pero demuestras muy poco.
Solo te gusta hablar y presumir, pero a la hora de la verdad no eres ni la mitad de lo que aseguras.
3. Eres un lamebotas.
Toda la oficina está en tu contra y no porque envidien tu talento y cualidades, sino porque has decidido hacerle la barba a tu jefe para molestar a los demás.
Lo peor es que no le sacas provecho a la situación y te ayudas a demostrar tus habilidades, sino a crearles problemas a los demás.
4. Le quitas tiempo a tus compañeros.
Pareciera que nunca tienes nada que hacer o que no te interesa tu trabajo, porque siempre estás buscando la forma de estorbar a otros.
No solo te metes en donde no te llaman, también interrumpes conversaciones o le quitas el tiempo a las demás personas.
5. Haces cosas molestas.
Desde escuchar música a todo volumen que solo a ti te gusta, comer de forma ruidosa, dejar olores extraños, usar sus objetos sin su permiso o cualquier acción incómoda.
Crees que así te respetarán o que al molestarlos te verán como el que tiene poder y control de la oficina, pero la realidad es que te ven como un hombre mediocre que desperdicia su vida en perjudicar a los demás.
6. Quieres toda la atención.
Y no es que te la ganes por tu buen desempeño laboral o por un comportamiento agradable, sino todo lo contrario. Quieres opacar a los demás y robarles su éxito.
Crees que lo importante es brillar, no importa si te llevas a alguien en el camino, mientras tú estés en la “cima”, ya ganaste. Pero la realidad es que nunca llegas a ella, solo finges que estás ahí para molestar a los demás.
7. Siempre eres la víctima.
Otra forma en la que eres el compañero incómodo de la oficina es que siempre vas a contar toda tu vida de una forma trágica para general lastima.
Ya sea que sea verdad o que te inventes algunas cosas para que te ayuden o te aproveches de su apoyo.
Intentas dar pena ajena para que otras personas te resuelvan la vida y se hagan cargo de tus errores, pero a estas alturas del camino, ya nadie cree en tus problemas, solo te has convertido en alguien que solo miente para convivir y llamar la atención.
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