Si estás enojado todo el tiempo, te sientes irritable y de mal humor, tal vez, no sea lo más sano para ti y los tuyos.
Si no sabes por qué te sientes así, no tienes ni idea de por qué estás al borde de un ataque de nervios, te explicamos qué podría estar pasando en tu vida.
Te recomendamos:
La ciencia afirma que nunca podrás superar a tu ex
7 maneras en las que el amor cambia a los 30
Puede haber muchas causas diferentes. Una explicación es que tienes límites débiles. Dices que sí cuando realmente quieres decir que no.
Haces cosas por otros que no te sientes cómodo haciéndolo y estás constantemente agotado.
Puedes pensar que la gente se aprovecha de ti y no te das cuenta de que tienes una parte en esa dinámica…
Si estás enojado, estas podrían ser las razones:
1. No estás durmiendo bien.
O tal vez no estás durmiendo lo suficiente y te estás ahogando en listas de tareas pendientes.
Lo que hace que sea más difícil acceder a habilidades de afrontamiento emocional.
2. Estás deprimido.
Parece haber un malentendido de que la depresión es estar llorando todo el tiempo y no levantarse de la cama.
Sin embargo, el aumento de la irritabilidad es un síntoma común.
3. Sufres de ansiedad.
Las personas con alta ansiedad a menudo se sienten al borde de abrumarse porque tienen que esforzarse mucho para controlar su propio estado emocional interno.
4. Problemas con la pareja.
Algunos psicoterapeutas manifiestan ver a muchas personas y parejas que están enojadas debido a problemas relacionales.
Es decir, están enojados con su cónyuge, hijos, padres, amigos o compañeros de trabajo.
5. No te sientes apoyado.
Tal vez esperabas que tu pareja o un amigo te apoyara en un momento difícil, pero no lo hizo
Ahí es donde, si esos botones se presionan lo suficiente, a menudo, podrías pasar a un estado de ira sin siquiera saber por qué.
6. Quieres controlar todo.
La ira también se deriva de querer controlar lo que está fuera de nosotros. Centrarse en lo que otros hacen provoca frustración.
A veces, puede que no te sientas enojado en absoluto. Más bien, tus acciones pueden ser pasivo-agresivas y pueden sentirse resentidas.
Hay algunas personas que tienen problemas de ira y en realidad no se permiten expresarla.
No es malo estar enojado…
La sociedad nos alienta a evitar los conflictos, ser amable y decir sí cuando queremos decir que no.
Luchamos contra la ira es que todavía se considera una emoción tabú.
Tememos que, al expresar nuestro enojo, heriremos los sentimientos de alguien, posiblemente perderemos el control o arriesgaremos la relación.
Sin embargo, cuando manejamos la ira de manera efectiva, en realidad es un regalo.
Nos enseña cuándo algo está mal, o cuándo debemos tomar las medidas apropiadas, o no hacer nada.
Así puedes controlar tu enojo…
– Toma conciencia de tus primeros signos de advertencia de ira. (Que puede ser diferente para todos).
– Expresa tus emociones sin culpar a la otra persona.
– Planea con anticipación para manejar situaciones difíciles.
– Respira hondo para quedarte en el momento.
– Nota los pensamientos negativos que desencadenan tu irritación.
– Pide ayuda si estás luchando.
Tomar un descanso cuando una situación comienza a escalar. Haz saber a la persona que te gustaría continuar la conversación una vez que (o ambos) se hayan calmado.
Si estás enojado todo el tiempo puedes usar la siguiente metáfora sobre las emociones como si fueran un océano:
Dibuja la superficie del océano y escribe o dibuja lo que estás sintiendo. Luego haz una lluvia de ideas sobre las emociones que podrían estar nadando debajo de la superficie.
Recuerde que los sentimientos de enojo no son lo mismo que el comportamiento violento. Tendemos a usar los términos indistintamente, lo que ha creado la idea errónea de que la ira es “mala”.
Una vez más, la ira es una emoción valiosa y vital.
Reconocer los sentimientos de ira y utilizar esta conciencia para comprender las emociones vulnerables subyacentes es clave para la salud emocional.
Síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.