Tanto en el trabajo como en la vida personal, encontraremos motivos y personas que pongan sobre la mesa una discusión, es parte de la vida y también de nuestro crecimiento, ¿o no lo ves así?
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Ante la discusión, lo que importa es lo que nos deja, las pistas que nos da para avanzar, las señales de que se debe retroceder o simplemente, tener que replantearnos la estrategia para la siguiente jugada.
Discutir de forma sana y productiva, es bueno, sin embargo, es una decisión inteligente, no caer en la provocación. No engancharte en la discusión también puede ser acertado.
Esto te ayudará a no engancharte en una discusión
1. No le des el poder al otro.
Es fácil que al discutir con alguien permitas que lo que diga o haga modifique tu estado de ánimo y eso es darle un poder que no debe de tener.
2. Recuerda, lo que dice el otro es una proyección, no tu realidad.
Nunca olvides esto: “Lo que Juan dice de Pedro dice más de Juan que de Pedro”.
3. Elige tus batallas.
¿Esta es una batalla que valga tu energía, humor, tiempo y pensamientos? Algunas batallas se ganan viéndolas pasar y otras realmente, necesitan todo de ti. Elige bien.
4. El poder del silencio.
Caer en su juego es dar argumentos que no serán entendidos porque, seguramente, la otra persona no tiene intención de entrar en razón, va por la discusión.
El silencio ante ese estado de ánimo, es como no prestarte al conflicto que el otro está creando y dejar que lo cargue solo quien lo lleva en la espalda.
5. ¿Quién es la persona con la que debates?
¿La persona que tienes enfrente es alguien para discutir o sólo es el calor del momento lo que te está llevando a ese comportamiento? Responde con la cabeza fría.
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