La inteligencia emocional es aprender y saber manejar las emociones a nuestro favor. Según la ciencia, es la forma en que percibimos, manejamos y expresamos las emociones.
En ocasiones, también pasa que nos gana el impulso y dejamos a un lado nuestra inteligencia y nos dejamos controlar por nuestras emociones.
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Nos saltamos pasos o simplemente ignoramos las alertas de nuestro cerebro y dejamos fluir nuestro primer instinto.
Pero esto provoca que tomemos decisiones erróneas o que cometamos acciones de las cuáles después nos arrepentiremos.
Por esto, es importante saber manejar las emociones y usarlas de la forma correcta, a continuación, te contamos qué hacer para no dejarte dominar por ellas:
7 acciones que te ayudarán a mejorar tu inteligencia emocional
1. Trabaja en el autocontrol.
Escucha antes de hablar, realiza una pausa, presta atención, piensa, analiza y después responde.
Créenos que parecen muchos pasos, pero es cuestión de segundos hacerlos y dar una respuesta clara y correcta.
Ya que, muchas veces, decimos lo primero que se nos viene a la mente o lo que nuestro impulso nos indica.
2. Qué es lo que te frustra.
Muchas veces, actuamos de forma impulsiva, negativa o agresiva porque algo nos molesta o incomoda.
Y para tener inteligencia emocional, es importante reconocer qué hay algo que nos desagrada o nos frustra.
Así podrás estar preparado para ese momento o incluso evitarlo. Por esto, analiza qué desencadena este tipo de comportamientos.
3. Qué te motiva.
Así como hay cosas que te molestan o que te ponen de malas también hay cosas que te motivan y te hacen feliz.
Puedes concéntrate en esas cosas en momentos de frustración o para poder relajarte y sentirte más tranquilo.
El punto es que notes que no todo es negativo y que en los momentos de oscuridad aún puedes encontrar luz.
4. Préstale atención a tu lenguaje.
Desde la forma en la que te hablas a ti mismo hasta tu lenguaje corporal. Porque puedes no decir nada con tu boca, pero sí mucho con tu cuerpo.
Necesitas ser consciente de que hay cosas que él dice y que tú no, y no se trata de reprimirlo, sino de no ser incongruente contigo mismo.
5. Acepta la responsabilidad.
Muchas veces, la inteligencia emocional se trata de hacerte cargo de tus errores y enfrentar tus miedos.
Es decir, ser responsable de tus palabras y acciones, aceptando las consecuencias de éstas y redimirte para poder crecer y madurar.
Así que, si te equivocas, no pienses que todo está perdido, sino que hay una solución.
6. Aprende de otros.
Si hay alguien que domina la inteligencia emocional o que sientes que puedes aprender de ella, apoyate en sus consejos.
¡Ojo!, no se trata de copiar sus comportamientos, sino de conseguir claves que te ayuden a ser una mejor versión de ti mismo.
7. Qué puedo hacer de forma diferente.
Si ya conoces lo que te frustra, motiva y sabes manejar el autocontrol, ahora es momento de hacer las cosas de forma diferente.
Es decir, en vez de reaccionar de forma negativa o agresiva, qué puedes hacer.
Es importante que hagas cosas que te hagan sentir cómodo y no que te sientas obligado a algo que no deseas.
El punto es que tú tengas el control de tus emociones y las uses de una forma que te ayude a mejorar.
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