Lo sabemos, estás trabajando para convertirte en tu mejor versión, pero eso no significa que tengas que ser experto en todo.
Sí, puedes ser bueno en muchas cosas y tener grandes habilidades, pero aferrarte a saberlo todo y a ser perfecto en cada cosa que haces, solo te hará sentir insuficiente.
Por mucho tiempo nos han hecho creer que un hombre inteligente, poderoso o líder, debe tener las respuestas de todo. Y si no es capaz de tenerlas, es un fracasado.
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Sí, tienes que ser la mejor versión en aquello que más valor aporta en tu trabajo, pero no debes ser un experto en cada área. Porque esto solo te causará conflictos a nivel profesional y personal.
Como líder y hombre inteligente tienes a tu alrededor un conjunto de personas especialistas que sí saben y se especializan en otras áreas que tú desconoces.
Y ellos tienen la respuestas a esas cosas que tú desconoces. Por lo que tú estás obligado a darles la oportunidad de ejercer su rol de especialistas.
Mientras que tú puedes ser el mejor en una área y ellos no desconocerán del tema, por lo que acudirán a ti por tus consejos y sabiduría.
Sin embargo, si tú quieres deshacerte de estas personas o no quieres depender de ellas porque eres muy bueno en tu área y quieres ir más allá, es momento de darte cuenta de que puedes con todo, pero no con todo al mismo tiempo.
Y si buscas ser experto en todo, solo terminarás topándote con pared y dándote un golpe de realidad.
A continuación, te contamos más detalles del porqué no debes buscar ser perfecto ni el mejor en todas las áreas de tu trabajo o de la vida:
3 errores que estás cometiendo al querer ser experto en todo
1. Tu salud está en riesgo.
Tal vez, creas que esto no tenga nada que ver con tu trabajo o metas, pero al querer convertirte en alguien que domina todo, estás arriesgando tu salud en todos los aspectos.
Tu vida personal se verá impactada por la profesional de una forma negativa, porque no habrá espacios para relajarte, descansar, disfrutar de tus seres queridos ni para tus hobbies o pasiones.
Todo se convertirá en trabajo, metas y aprendizaje, lo que estaría bien si te dieras espacio para tener una vida fuera de lo laboral.
Por lo que el estrés, la ansiedad y el cansancio predominarán, porque quieres ser experto en todo a costa de tu salud física y emocional.
2. Reducirás tu compromiso contigo mismo.
Probablemente creas que este no es tu caso y que tu compromiso contigo mismo está alineado con tus metas, pero no es así.
Porque muchas veces, se busca ser experto o perfecto para ganarte el cariño o respeto de una tercera persona.
Incluso, puedes hacerlo por envidia, porque no quieres que una persona obtenga lo que se ganó con mucho esfuerzo.
Te dejarás a un lado y a todo lo que realmente deseas, solo por un capricho que no te hará ningún bien. Porque no serás feliz ni aprenderás algo sobre esto, solo te desgastarás.
3. No alcanzarás las expectativas.
Tal vez, sí lo hagas porque tú lo deseas y es lo que quieres lograr en este momento de tu vida, pero también es una realidad que estás poniendo la vara muy alta.
Por lo que te será imposible alcanzar los estándares de excelencia y productividad que tanto esperabas.
Puede que llegues a la mitad del camino o aprendas algo nuevo, pero tus expectativas te harán creer que no tuviste el talento necesario y que terminaste fracasando
¡Ojo con esto!
Así que, en lugar de buscar ser experto en todo, busca ser el mejor y ser reconocido por las áreas que ya dominas o por arriesgarte por ir tras una nueva.
El punto es que vayas paso a paso y no quieras correr cuando no has aprendido a caminar. Libérate de cargas, compromisos, trabajos que no te corresponden y de las expectativas de los demás.
No hacer el trabajo de los demás no te convierte en un mal profesional. Te convierte en un especialista en tu área y en un buen líder que permite el crecimiento y especialización de otros.
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