Si te piden describir una prisión, de seguro lo haces como todos: espacio súper reducido, con una cama individual, un retrete (con suerte) y una pequeña ventana para ver el cielo (como las que recrea Hollywood año tras año).
Lo cierto es que esta imagen no siempre es la acertada, o no al menos ni se asemeja a las celdas de Noruega.
Y es que en este país europeo los presos no deben sufrir tantas carencias por sus errores. Al contrario, se intentan reformar, humanizar, y luego reinsertar a una sociedad en donde cometieron ilegalidades.
Como sea, en Noruega hay una cárcel que es todo un modelo a seguir; que deberías conocer; y los gobiernos, imitar.
¡Checa y compara con las de nuestro continente!
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1. Los presos pueden trabajar, cocinar su propia comida, y hasta estudiar.
2. Ellos también pueden tomar sol, montar bicicleta y cuidar las plantas.
3. Las celdas son espacios agradables, cómodos, y diseñados para que la privación de libertad no sea una pesadilla.
4. También tienen derecho a llamar a sus familiares en unas cabinas telefónicas individuales; escuchar música; y recibir visitas a solas.
5. Por su trabajo reciben entre 8 y 24 euros diarios.
6. Lo mejor: el 84% de los que han pasado por esta prisión no vuelven a cometer delitos.
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